sábado, 26 de julio de 2008

Augmented Virtual Earth: poderosa innovación

Esta es una herramienta interesante que el desarrollo tecnológico del Google Earth nos trae. Veamos el video de demostración:
http://eldesafiocientificoytecnologico.blogspot.com/

viernes, 25 de julio de 2008

Knol, la Wikipedia de Google


Ambas son enciclopedias, pero la principal diferencia es que mientras cualquiera puede modificar una entrada en la primera, sólo los autores y colaboradores seleccionados pueden hacerlo en la de Google.

FUENTE | El Mundo Digital 24/07/2008

¿Cantidad o calidad? Es la eterna pregunta que se hacen los desarrolladores de enciclopedias en Internet. Hasta ahora, ha primado la cantidad controlada por editores, el modelo de la Wikipedia. Pero nació con la misma crítica que se mantiene hoy: su escasa fiabilidad y las disputas de versiones encontradas en los artículos.

Knol es una solución intermedia, un modelo mixto; una apuesta arriesgada, pero interesante. Imaginemos que yo supiese algo de Internet. Podría entrar en el sitio con mi cuenta de Google, crear una nueva página, o sea, un knol, y soltar allí todo lo que quisiese sobre el tema. Con las imágenes y enlaces oportunas.

Hasta aquí, no difiere de un blog. Lo novedoso es que Google ha añadido una serie de herramientas que complementan la principal. De todas ellas, la más interesante es lo que llaman "colaboración moderada", gracias a la que cualquiera puede enviar sugerencias al editor mediante una edición en falso de la información. No queda registrada pero sí sugerida, y el autor es libre de aceptar los cambios, que quedan registrados. Por supuesto, Google da todo tipo de opciones, de modo que esta colaboración puede abrise completamente, al estilo precisamente de la Wikipedia, o cerrarse, como si fuese una página web estática. También es posible invitar a colaborades o cambiar la licencia del contenido, Creative Commons o Todos los derechos reservados.

Igual de interesante es que Knol ofrece a los usuarios la posibilidad de insertar anuncios por palabras, de Google, por supuesto, en las entradas. Así, quien tenga o utilice una cuenta de AdSense, podrá añadir a sus resultados los generados a través de Knol. O bien puede crearla sólamente para este servicio. Una forma de pagar estas colaboraciones especializadas y presuntamente desinteresadas, y una baza con la que ni la Wikipedia ni ningún sitio similar puede competir.

Además, incluye herramientas típicas de una comunidad de Internet: se pueden comentar los 'knols', votarlos o escribir notas sobre ellos. Todo para que los usuarios sepan discriminar y puedan escoger el mejor, ya que es posible escribir diferentes 'knols' sobre un mismo asunto. Es, en cierto modo, un 'mashup', o sea, una combinación, de varios sitios y herramientas ya existentes.

domingo, 13 de julio de 2008

Lively, el mundo virtual de Google


Posted: 09 Jul 2008 04:04 AM CDT

Google acaba de lanzar Lively, un mundo virtual parecido a Second Life pero del que le separan diferencias cuando menos interesantes. En principio sólo está disponible para Windows y los navegadores Internet Explorer y Firefox, en los cuales se ejecuta mediante una extensión.


No se trata de un mundo único y unificado, sino que se compone de habitaciones (Rooms), que los usuarios pueden crear, al tiempo que crean también su avatar. No obstante el contenido del mundo virtual es creado íntegramente por Google, aunque se espera que en el futuro abran el desarrollo a todos los usuarios.

Una de las cosas más interesantes es que las Rooms se pueden incrustar en cualquier web, de modo que podemos compartirlas e interactuar con los lectores. Esto creo que es un punto de ventaja sobre Second Life, ya que permitirá una más rápida difusión y la llegada masiva de usuarios.

En la otra cara, las escasas posibilidades de personalización y la restricción a sistemas Windows, que seguramente evolucionarán en breve.

Nunca me ha gustado mucho Second Life, y tampoco creo que me vaya a gustar Lively. Aunque reconozco que son una divertida forma de perder el tiempo.
Justificar a ambos lados
[Entrar en Lively]

sábado, 12 de julio de 2008

Evaluación Educativa en la Web 2.0

Evaluación 2.0

Superado el período en que el paradigma educativo era el conductismo, hubo la necesidad de redefinir todos los componentes del proceso educativo. Uno de ellos, si no el más importante, es la evaluación. Es bien sabido que “los estudiantes aprenden lo que los profesores evalúan y la forma en que lo hacen determina su forma de aprender”. Es un hecho que una de las fuentes de motivación de los estudiantes para aprender, si no la más importante, es aprobar. Éste es un hecho que los profesores debemos aprovechar, aunque estimulando actitudes positivas frente al aprendizaje más que frente a la “sanción”. Estamos convencidos que la evaluación entendida como certificación del aprendizaje no beneficia el proceso de construcción de conocimiento, más bien lo dificulta.
La vista del profesor como juez no colabora en la creación de un clima de aula distendido en el que los estudiantes trabajan para aprender y el profesor no es más que un guía o diseñador de las actividades de aprendizaje, un compañero “experto” que está al servicio del aprendizaje de los estudiantes.

Desde que a finales de los años 60 Scriven establece la diferencia entre los términos evaluación formativa y evaluación sumativa, mucho se ha escrito acerca del tema. Sin embargo, especialmente en la universidad, vemos como el enfoque que se le sigue dando es meramente sumativo: exámenes (de distintos tipos) pero con el punto de mira puesto más en información almacenada que en los procesos de aprendizaje o, lo que es más importante, en los indicios de la adquisición de competencias tales como aprender a aprender o aprender a lo largo de toda la vida, que es lo que hoy día prima sobre otras cualquiera. El concepto de evaluación ha evolucionado hacia roles más de ayuda al aprendizaje que de su control o sanción. Así pues, para empezar debemos precisar qué entendemos por evaluación. Hemos elegido algunas definiciones clásicas que acercan más al significado que le atribuimos: Es el proceso de identificar, obtener y proporcionar información útil y descriptiva acerca del valor y el mérito de las metas, la planificación, la realización y el impacto de un objeto determinado, con el fin de servir de guía para la toma de decisiones, solucionar los temas de responsabilidad y promover la comprensión de los fenómenos implicados. (Sttuflebeam y Shinkfield, 1987)

martes, 8 de julio de 2008

El trabajador del conocimiento


Tomado de "De la Sociedad de la Información a la Economía del Conocimiento" de Microsoft .
El nuevo trabajador del conocimiento precisa, desde luego, buena dosis de “destreza informacional”…; pero recordemos de forma rápida cómo dibujaba Peter Drucker su perfil:

- Visible grado de desarrollo personal y profesional.

- Destreza digital e informacional.

- Autonomía en el desempeño y en el aprendizaje permanente.

- Capacidad creativa y actitud innovadora.

- Autonomía en el desempeño y en el aprendizaje permanente.

- Lealtad a la profesión y calidad en el trabajo.

Este trabajador constituye, por todo ello, un valioso activo para la recta economía del saber; pero déjenme recordar asimismo que el trabajador manual no queda necesariamente fuera de este perfil, porque hay trabajos manuales que demandan gran dosis de conocimiento, sin necesidad de recurrir al ejemplo del dentista o el cirujano. Todos los trabajos son necesarios en la sociedad, y la mayoría de ellos precisan una especialización que debe actualizarse periódicamente, sin contar con la probable asunción de nuevos cometidos y responsabilidades por los trabajadores. Tampoco identifiquemos al trabajador del saber con su origen universitario: casi todos hemos de aprender continuamente y manejar por consiguiente idónea información.

Vale la pena extenderse en el segundo rasgo señalado: la destreza manejando información. Hace algo más de quince años, se empezó a hablar de manera separada de dos conceptos relacionados con la Sociedad de la Información: en las empresas, de la gestión del conocimiento; y en las universidades, de la suficiencia o destreza informacional. El primero (knowledge management) parecía suponer una especie de reingeniería conceptual de los tradicionales sistemas de gestión de la información en las empresas, atendiendo con mayor cuidado a la información técnica, funcional y relacional de la actividad empresarial: el know what, el know how, el know why, el know who... El segundo (information literacy) surgía entre documentalistas y en algunas universidades, en sintonía con la creciente preocupación por el aprendizaje permanente (self directed lifelong learning). La idea de suficiencia informacional -hoy, en la empresa y como decíamos, hay que hablar de excelencia- apuntaba ya entonces al acceso, uso y aprovechamiento de la creciente información disponible, aunque todavía no utilizábamos Internet.

Desde aquellos años 90, por una parte el avance de la gestión del conocimiento en las empresas no ha sido siempre satisfactorio (a pesar de las potentes herramientas disponibles), y por otra, la información ha seguido multiplicándose sensiblemente y poniéndose a nuestra disposición a través de las TIC. Hoy, aquellos conceptos -gestión del conocimiento y destreza informacional (information fluency)- se han aproximado muy visiblemente entre sí en el mundo empresarial, para entrar en sinergia con las emergentes figuras del nuevo directivo y el nuevo trabajador, también muy especialmente con la idea del aprendizaje permanente, y desde luego con la necesidad de innovar; en definitiva, con la evolución de la economía.

En las organizaciones, la destreza en el uso y aprovechamiento de la información interna y externa accesible parece más que necesaria, aunque no siempre la poseemos en el grado preciso. Quizá las nuevas generaciones salgan de las universidades con sólida preparación para el aprendizaje permanente, pero las empresas ya necesitan hoy mayor dosis de conocimiento, para mejor encarar sus retos de productividad y competitividad en la nueva economía. El concepto de excelencia empresarial ha evolucionado con las nuevas realidades, y no parece cuestionarse que debamos ser asimismo excelentes en la traducción de información a conocimiento, y en el flujo de éste en las empresas. Todo apunta ciertamente a la necesidad de que mejoremos nuestra competencia informacional.

(Curiosamente, en un libro reciente el editor cambió mi expresión “competencias informacionales” por la de “competencias informativas” y me encontré con esa sorpresa. Lo cierto es que los expertos hablan de alfabetización informacional -“alfin”- y yo me he adherido al adjetivo aunque haya elegido otros sustantivos. En vez de hablar de alfabetización o suficiencia, en la empresa prefiero hablar de excelencia, competencia o destreza).