sábado, 28 de junio de 2008

Google nos hace estúpidos… (menos a mi)



June 24th, 2008 | by dreig |

“El sentimiento que experimentamos al contemplar un cuadro, no se puede distinguir del cuadro ni de nosotros mismos. El sentimiento, el cuadro y nosotros mismos estamos reunidos en nuestro misterio”
René Magritte en una carta a P. Colinet en 1975

magritte, nubes

Vuelve el tema eterno acerca de la calidad de los contenidos en la web2.0, tan antiguo como la red. Y lo hace en forma de diversas reacciones a un artículo escrito por Nicholas Carr, ¿Google nos está volviendo estúpidos? en el que se afirma que leemos de forma más superficial que en nuestro pasado analógico (de los libros impresos).

Dejando aparte que ni siquera la cita a google como metáfora de la idea es nueva (leíamos, en el ámbito de la educación hace unos años, sobre la “Googlelización” del elearning”, término que venía a defender la calidad superior de las plataformas de pago frente a la baja calidad de los contenidos generados por el usuario), reacciono en este post, como lo hacen otros en la esfera hispana, por un motivo fundamental, que rompe mi habitual tono moderado: Estoy harta.

Primero fueron las sospechas acerca de la “realidad” del nuevo medio (Braudillard), después surgió el debate, que aún sigue vivo, sobre los medios fast food. Luego nos acusan de leer en diagonal. O en palabras de Piscitelli, con el que estoy bastante de acuerdo, ayer fue Cassin, hoy es Carr. Ayer fue Andrew Keen en The cult of the amateur o cómo internet está acabando con nuestra cultura y economía, hoy es Mark Bauerlein en The dumbest generation (la generación más sorda).

Incluso Umberto Eco nos decía hace unos meses que la fe ciega en Internet crea mostruos.

El tema empieza a recordarme la encarecida defensa de la propiedad intelectual de la SGAE desde hace unos años y hasta nuestros días: el intento de algunos, supuestamente monopolizadores del conocimiento, molestos por el intrusismo de la mayoría, de defender una oligarquía intelectual basada en criterios muy, muy subjetivos sobre lo que es o no la forma correcta de escribir, leer e incluso pensar en internet.

Tengo la sensación, además, de que se trata de una “rabieta” de los no nativos, ni apasionados digitales, por su falta de comprensión de los cambios que internet trae consigo. Me pregunto, ¿qué nos asusta tanto? ¿es una reacción a una complejidad para la que los no nativos, aunque en ocasiones apasionados digitales, no estamos aún preparados? Está claro, como comenta Freire, que nuestra adaptación a la era digital es lenta y por tanto vivimos una época de transición hacia un nuevo orden cognitivo e intelectual.

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